A lo largo de la historia siempre fue la escasez de agua un problema acuciante en Espejo, aunque no por ello, este acogedor municipio ha tenido un rico patrimonio en torno al agua y su cultura, siendo esta ruta la que recorre algunos de los enclaves más importantes del municipio de Espejo.
La ruta comienza en el Pilar Salado, cuyas aguas son salobres y se pierden sin tener utilidad ninguna. La ruta continúa hasta la Fuente Abrevadero de la Fuensanta, situada a escasos 2 km de Espejo. A las aguas de esta fuente se le atribuyeron propiedades curativas, hasta el punto que en el S.XVI se erigió una ermita para rendir culto a Ntra. Sra. de la Fuensanta, Patrona de Espejo.
A continuación, la ruta se dirige al Aljibe por un camino que coincide con la calzada romana que unía Ucubi (Espejo) y Obulco (Porcuna). Es un aljibe romano que cuenta con una excelente conservación y que estuvo en uso hasta el siglo III D.C. Posteriormente, los musulmanes hicieron una serie de reformas con el fin de aumentar su capacidad de retención de agua.
El camino que parte del Aljibe y de su fuente, nos conduce hasta las eras de Las Chinchillas, siendo este un enclave con unas vistas privilegiadas a las estribaciones de Sierra Morena y el Valle del Guadalquivir. La ruta llega hasta otra carretera asfaltada para girar a la izquierda y comenzar a subir hasta Espejo, disfrutando de unas preciosas vistas del imponente Castillo en su atalaya de la campiña. Entramos por los centros educativos y girando a la izquierda, nos encaminamos hasta el Pilar Salado.
Es una ruta amable que les mostrará patrimonio, tradición y paisaje, siendo el agua entre olivos y bonitas vistas, el eje de la misma.
Distancia: 5,400 metros.
Dificultad técnica: Moderada.