“La impactante fotografía, conocida como ‘Muerte de un miliciano’ o ‘El soldado caído’, icono de la contienda civil española y obra cumbre del fotoperiodismo de guerra”
Calificada por los expertos como una fotografía “imperfectamente perfecta”, presenta una significativa carga simbólica acompañada de gran fuerza y dinamismo.
La polémica imagen fue difundida por primera vez en el número 447 de la revista francesa Vu el 23 de septiembre de 1936, recién iniciada la contienda bélica, pero la mayor relevancia la obtuvo al ser publicada en la revista LIFE el 12 de julio de 1937 en un reportaje titulado Death in Spain: the civil war has taken 500.000 lives in one year (Muerte en España: la guerra civil ha segado 500.000 vidas en un año).
“El miliciano muerto” muestra el momento del desplome de un soldado ante el “supuesto” impacto de una bala enemiga. Este instante fugaz queda detenido en el preciso momento en que el miliciano, con los pies sobre el terreno inclinado de una colina y sus largas piernas en escorzo, se desprende de su fusil. El protagonista que tiene los ojos cerrados y su rostro difuminado ofrece una expresión serena enmarcada sobre un paisaje rural en el que podemos apreciar al fondo hasta dos cadenas montañosas. Tomada en 1936 en el frente de Córdoba, la fotografía que muestra al soldado de camisa blanca cayendo hacia atrás supuso fama inmediata para el fotógrafo húngaro quien se convirtió en un símbolo de la lucha contra el fascismo. Sin embargo, a lo largo de los años han aparecido dudas sobre su veracidad y algunas voces sugieren que estaba preparada. El propio Capa dio pocas pistas sobre las circunstancias en las que se tomó.
Robert Capa llegó a España en agosto de 1936 con su compañera Gerda Taro para informar sobre la Guerra civil española, que había estallado un mes antes tras el levantamiento militar de Francisco Franco.
Robert Capa era el seudónimo de Endre Ernö Friedman, nacido en Budapest el 22 de octubre de 1913, en el seno de una modesta familia de origen húngaro. Se dedicó a la fotografía desde muy joven gracias al apoyo y mecenazgo del escritor y pintor Lajos Kassák. Con apenas 17 años y debido a la situación política en su país, huye primero a Berlín y luego a París. Allí conoce a David Seymour, quien le consigue trabajo en la revista Regards, y se convierte en el fotógrafo de moda cuando consigue retratar a Leon Trosky en un discurso en Copenague. Poco tiempo después conocería a Gerda Taro, seudónimo de Gerta Pohorylle.
A ella se le ocurrió inventar el seudónimo de Robert Capa, nombre bajo el que ambos firmarían sus primeras fotografías con la intención de multiplicar el valor económico de sus obras. Eso hace que sea muy difícil saber a quién de los dos pertenece la autoría de muchas de las fotografías que hicieron, habiendo estado tantas veces juntos en los mismos lugares y compartiendo sus dos cámaras fotográficas. Gerda murió en la Guerra civil española atropellada por un tanque en 1937 y Capa, además de conservar el nombre, se convertiría en el fotógrafo más famoso de la historia por fotografías como las que tomó en el desembarco de Normandía en 1944. Murió al pisar una mina en Vietnam mientras cubría la primera guerra de Indochina en 1954.
El 8 de mayo de 2009, el historiador Fernando Penco Valenzuela y el fotógrafo Juan Obrero Larrea ubicaban Muerte de un miliciano en Espejo, localidad situada a unos 52 kilómetros al sureste de Cerro Muriano, hasta entonces el lugar en el que se pensaba se tomó la imagen que convirtió a Robert Capa en “el mejor fotógrafo de guerra del mundo”, según la revista británica Picture Post. Era la primera vez que, de forma consciente, dos investigadores pisaban el paisaje en el que se realizó la instantánea —para muchos profesionales del mundo de la fotografía, la mejor foto de guerra jamás tomada (Knightley, 1975)—. En la investigación pudieron identificar cortijos, caminos y accidentes montañosos que evidenciaban que tanto “Muerte de un miliciano” como la secuencia completa se habían hecho a las afueras de Espejo (Penco Valenzuela, 2009). Fue en 2020, cuando el Foro por la Memoria Histórica y Democrática de Espejo Comandante Pérez Salas, a través de la Diputación de Córdoba, encargaba al historiador una nueva investigación que revisase y pusiese al día las hipótesis más aceptadas hasta la fecha. Los resultados más relevantes del trabajo se centraron en dos aspectos de la foto: la localización definitiva tanto de ella como de su serie —unas 40 instantáneas según el I.C.P.— que finalmente fueron tomadas en la Haza del Reloj en su límite con el cerro del Alcaparral, cotas altamente estratégicas. Para la consecución de los trabajos los investigadores emplearon el sistema ETRS89 del visor de información geográfica de la REDIAM; el comparador de Mapas del Instituto Geográfico Nacional; el vuelo Army Map Service (B) 1956/1957 del PNOA y las Bases Cartográficas de Andalucía dwg 1/10000 y Raster 1/1000 (Edición 1998). Por otro lado, se pudo identificar a Rafael Medina Ramírez, presidente del Comité de Defensa en Espejo a comienzos de la Guerra civil y persona que, ataviado con indumentaria de oficial, aparecía en varias de las fotos que Robert Capa y Gerda Taro realizaron en Espejo aquella tarde de comienzos de septiembre de 1936.