A la llegada de los romanos a la Península Ibérica existía en Espejo un importante oppidum turdetano, de nombre Ucubi, que aparece mencionado en las fuentes literarias del siglo I a.C. relacionado con diversos acontecimientos bélicos.
En el año 45 a.C. tras la batalla de Munda entre cesarianos y pompeyanos y posiblemente a instancias de Julio César el asentamiento indígena recibió el estatuto de colonia inmune además de los epítetos de Claritas y Iulia, quedando integrada desde comienzos de época imperial en el Conventus Astigitanus.
Con el principado de Augusto la Colonia Claritas Iulia debió vivir un momento clave en su configuración urbanística que marcará su desarrollo a lo largo de la Antigüedad tanto en lo referente a su trazado como a los programas edilicios en ella llevados a cabo.
Tras la renombrada Batalla de Munda y la finalización de la Guerra Civil, César debió establecer en este oppidum, una colonia que posteriormente durante el proceso de reorganización administrativa de las provincias llevado a cabo por Augusto se consolidará y en la que se desarrollará un programa de embellecimiento y monumentalización.
En este momento la Colonia Claritas Iulia debió dotarse de grandes y monumentales edificios públicos y privados de los que nada se sabe debido fundamentalmente a que la ciudad romana se localiza bajo el caserío actual.
Extramuros de la ciudad romana, en el área suburbana de la misma, formando parte del casco antiguo de Espejo, la calle Pozo Alcalá, antigua Pozos de Alcalá, luce vibrante y plena de vida, fiel testigo de la historia reciente, pasada y futura de esta villa de señorío.
Ahora, en pleno siglo XXI, el azar o más bien la fortuna, han querido que la antigua colonia romana emerja a los pies de la calle Pozo Alcalá mostrándonos parte de su semblanza y el recuerdo de un esplendoroso pasado marcado por la impronta dejada por personajes ilustres que sellaron un capítulo destacado de la antigüedad.
Bajo nuestros pies, extramuros de la ciudad romana, reposan los restos de un conjunto edilicio de grandes dimensiones integrado en la estructura urbanística de la ciudad, muestra de la grandeza y poder de las élites locales de este territorio y especialmente de la colonia Claritas Iulia Ucubi.
A pesar de lo aventurado de la propuesta podemos plantear la posibilidad de encontrarnos ante los restos de un edificio termal levantado durante la fase emergente de la colonia romana, y abandonado posteriormente al diluirse en el tiempo la práctica del evergetismo cuando, una vez inmersos en la crisis del siglo III d.C., las élites locales dejan de sufragar los gastos de mantenimiento de tan monumentales edificios cuyas ruinas pasarán a albergar necrópolis que como en el caso de Pozo Alcalá se perpetuarán sobre edificios paganos anteriores.