Se localiza este espacio de culto en el extremo SE de la localidad. Fundada casi con total seguridad en la primera mitad del siglo XVI debió dejar huella entre la feligresía quienes fundan en ella una capellanía para sufragar misas e impartir enseñanza de la doctrina cristiana.
Esta ermita preside una conocida plaza a la que da nombre, en la que antaño se celebraba una más que concurrida verbena popular. Hasta bien entrada la Modernidad, a esta ermita concurrían viandantes y vecinos a la parroquia a cumplir con el precepto dominical. De dicha iglesia, tan sólo su sobria y descarnada fachada, y su puerta de entrada con arco de medio punto conservan su originalidad.
Además de para funciones religiosas, la ermita fue utilizada a partir del siglo XIX como local donde impartir enseñanza. Se sabe que a partir de la segunda mitad del siglo XVIII servía para escuela, al frente de la cual había un maestro.
Escasa es la presencia espiritual que la ermita tiene en el pueblo, siendo paradójicamente una de las más populares y núcleo de uno de los barrios de la villa a los que ha dado su propia identidad.
Con el tiempo la ermita deja de prestar servicio alguno, es más en los años 80 del siglo XIX estaba totalmente derruida siendo posteriormente rehabilitada para uso escolar.
