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Castillo Ducal

En pleno corazón de la campiña cordobesa, asentado en un lugar privilegiado, en la cota más alta de la campiña que lo rodea, el castillo de Espejo constituye el escaparate histórico más emblemático y universal de esta villa.

Antigua fortaleza de los Pai Arias, su planta casi cuadrada está flanqueada por cuatro torres esquineras unidas por el paseo de ronda que conserva el adarve almenado con merlones cúbicos de mampuesto y ladrillo terminados en pirámide. De sus cuatro torres almenadas y gruesas dos son macizas mientras las otras dos poseen habitáculos en su interior.

Sobresale de esta fortaleza la Torre del Homenaje, una gran torre de planta rectangular con gruesos merlones de un antiguo matacán. En el extremo opuesto del albacar, también utilizado como patio de armas, la Torre del Caballero vigila y defiende la fortaleza por su flanco sur.

El carácter militar del con junto edilicio se ve interrumpido por la presencia en la fachada principal del edificio de una serie de ventanas geminadas de elegante traza. Sobre el dintel de la puerta de entrada al edificio, antaño coronada por el escudo de armas de la Casa de Osuna, luce un azulejo con la imagen del Sagrado Corazón de Jesús.

Al igual que en la mayoría de fortificaciones defensivas el castillo de Alcalat cuenta con existencia de al menos una galería subterránea que partiendo del interior del aljibe del patio central desemboca en el yacimiento romano de la Albuhera donde cuenta la leyenda la Reina Mora acudía a diario a bañarse en aquella inmensa piscina.

Han sido numerosas las modificaciones que este edificio de carácter militar ha sufrido a lo largo de su historia convirtiéndose en un edificio civil, adaptado a las necesidades de sus propietarios y de los nuevos tiempos.

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